Tras una costosa rehabilitación, el castillo de Luque, también llamado de Venceire, reabrió sus puertas a la ciudadanía en junio de 2024. Construido en el siglo IX como un modesto bastión, el nombre del legendario Omar ibn Hafsún sobrevuela el risco donde se asienta y al que se adapta su planta irregular. Y es que fue posiblemente uno de sus aliados, Said ben Mastana, quien dispuso su refuerzo y ampliación en el siglo X. Las reformas acometidas entre los siglos XIII y XIV le proveyeron de su personalidad actual, con la reconstrucción de las murallas y la erección de la torre del homenaje.
Durante la Edad Media, supo ejercer un férreo control entre la frontera castellana y la del reino nazarí de Granada, tras ser tomado por Fernando III el Santo por medio de un pacto. Entre sus elementos sobresalen sus aljibes califales y un inteligente sistema de captación de agua, mientras que la ya citada torre del homenaje, al norte, y otra al sureste despuntan en sus lienzos de muralla. Desgraciadamente, su abandono en el siglo XVIII aceleró su declive.
Infranqueable por tres de sus lados, su rehabilitación ha limpiado y consolidado sus torres, le ha devuelto el volumen perdido por el paso del tiempo y ha facilitado los accesos a este sensacional activo turístico de la Subbética Cordobesa.