Valle del Guadiato, entre minas y teatro
Tras descender de la roca que sostiene el castillo de Belmez, nos detendremos en la ermita de Nuestra Señora del Castillo, el primer templo cristiano que le “brotó” al pueblo tras la Reconquista. No obstante, la patrona de este municipio es la Virgen de los Remedios, a la que se consagra otra ermita del siglo XVI. Por su parte, la iglesia de Nuestra Señora de la Anunciación luce en su altar mayor una imagen de la Virgen del Pilar. Si somos aficionados al arte de la lidia, no podemos eludir la única plaza de toros de la comarca del Valle del Guadiato, inaugurada en 1914. Finalmente, cruzaremos el río Guadiato y el arroyo Fresnedoso para saludar el dolmen de Casas de Don Pedro, Bien de Interés Cultural construido en torno a 2000 a. C.
Los castillos son como un brindis previo antes de bebernos toda la comarca; y, de este modo, proseguiremos nuestro itinerario hacia Peñarroya-Pueblonuevo, que cuenta con un imprescindible Museo Geológico-Minero y un Lugar de Interés Industrial, el Cerco Industrial, que enfatiza la pujanza de esta cuenca carbonífera explotada hasta los años sesenta del pasado siglo.
Finalmente, Fuente Obejuna constituye una parada ineludible para todos los amantes del teatro, que se rebelarán con una sola voz contra los abusos del comendador Fernán Gómez, de acuerdo con el clásico de Lope de Vega. La Casa Cardona, un palacete modernista de principios del siglo XX, acoge la Oficina de Turismo y el Museo Histórico Municipal.

Castillo de Belmez
Ubicado sobre un peñasco casi inaccesible, su posición estratégica lo convierte en uno de los castillos más impresionantes del Valle del Guadiato.